Hola! Primero que nada, disculparnos por la rigidez del vídeo. Nos costó muchísimo. Jeje. Como os hemos mencionado, somos Soraya, Andrés y nuestro bebé Sati, que debería de llegar sobre Mayo a este lado de la piel… Nos gustaría compartirles un poquito nuestra historia y cómo llegamos hasta aquí.

Somos una pareja procedente de Uruguay que vivimos ya hace años en Catalunya, actualmente en la provincia de Girona. A finales del verano supimos de la llegada de Sati a nuestras vidas, nos pilló por sorpresa y representó desde entonces un gran cambio en toda nuestra estructura existencial, y asumimos el compromiso de vivirlo con la mayor responsabilidad y amor posible.

Teníamos inicialmente la intuición de un parto domiciliario y para ello comenzamos a averiguar. Ingenuamente la primer consulta fue al profesional médico que en el CAP nos llevaría el embarazo. La primer respuesta que obtuvimos al consultar al respecto fue : “Yo soy profesional de partos hospitalarios, de eso otro no les puedo informar nada”. La verdad que quedamos bastantes desconcertados, solo buscábamos información, saber a donde poder dirigirnos al menos. Si en el centro médico y de referencia obteníamos esa respuesta, ¿a donde se suponía que debíamos dirigirnos entonces?! Pensamos que habíamos tenido mala suerte y realizamos un segundo intento en la siguiente consulta ginecológica:

Disculpe, nos gustaría obtener información al respeto de partos domiciliarios…
¡¿Pero sabéis todos los riesgo que eso implica?! ¡¡¿Tenéis idea?!! (Le faltó decirnos “par de irresponsables”, aunque no le hizo falta, ya que fue así cómo nos sentimos tratados…)
Y ahí se hundió el tema en un profundo silencio… Ya rota nuestra ingenuidad de acceder a la información a través del centro médico de referencia, comenzamos a buscar información a través de gente amiga y de familias que habían optado por esta opción. También el haber vivido en Holanda y tener amigas que parieron allí, me brindaba el conocimiento de saber que allí es una libre opción con la que cuentan las mujeres, el poder parir en casa y que el sistema sanitario les garantice el acompañamiento de un/a profesional. Pues… ¡resulta que no es solo Holanda! También Francia, Dinamarca, Austria, Noruega entre otros, brindan esta opción cubierta por la Seguridad Social y muchos otros países tiene cobertura parcial. ¿Cómo puede ser que de estos países de los cuales tanto se toman referencias en diferentes ámbitos de desarrollo, que en este ámbito tan básico y esencial que es el parto y el nacimiento sea tan ignorado por el Estado sanitario español? Resulta que son muchísimos y cada vez más los estudios científicos que demuestran que lo partos domiciliarios son, como mínimo, tan seguros como los partos hospitalarios. También se evidencia que el Estado español cuenta con niveles altísimos de intervencionismos como son las cesáreas o las episiotomías innecesarias (datos basados en documentación científica).

En este recorrido de indagación al respecto del parto, son muchas las cosas que hemos ido descubriendo. Antes que nada, nos dimos cuenta de lo ignorantes que éramos al respecto; de lo poco y nada que sabíamos en relación a este proceso tan básico y esencial de la vida…Pero, ¿seríamos los únicos? ¿O la idea de que las mujeres parimos en un hospital y se encargan los médicos del proceso, es una idea bastante generalizada en nuestra sociedad? Catalunya cuenta con la mayor opción de protocolos humanizados de parto de todo el Estado español, por suerte cada vez son más los centros hospitalarios que cuentan con casas de parto donde se procura el menor nivel de intervencionismo innecesario y donde se pretende respetar el proceso natural. Aún así, después de leer, escuchar e investigar una gran cantidad de testimonios, llegamos a la conclusión que en la gran mayoría de los casos, dependía del profesional de turno que te toque y su nivel de compromiso y sensibilidad con la causa.

Así fuimos descubriendo, informándonos, leyendo, investigando y quitándonos el velo del desconocimiento de encima. Personalmente como mujer, empoderándome de mi cuerpo y de este proceso tan sensible y especial. Llegamos a descubrir con total convicción algo tan básico como es que nuestro cuerpo femenino sabe parir y nuestras criaturas nacer, sin tanto nivel de intervencionismo como creíamos. Que la mejor “intervención” que se puede realizar en este proceso, es el acompañamiento respetuoso y amoroso al propio proceso, respetando la intimidad, los ritmos y tiempos de la madre y bebé sin intervenir (evidentemente que nos referimos a embarazos que no sean considerados de alto riesgo). Descubrimos que dentro del proceso de nacimiento de nuestras criaturitas, el mejor aliado con el que cuentan es con la propia fuerza de gravedad, esa que les quitamos al ponernos en una camilla en posición horizontal con las piernas hacia arriba, dificultando su trabajo de nacimiento. También que la anestesia epidural al adormecernos toda la zona inferior, no nos permite sentir el ritmo natural de contracciones con el que nuestro cuerpo le acompaña, de modo natural, al proceso de nacimiento de nuestras crías, teniendo entonces que indicarnos el personal sanitario el cómo y cuándo pujar. Supimos que la placenta, ese órgano efímero encargado de nutrir y proteger la nueva vida, al momento de nacer contiene casi un tercio de sangre y una gran cantidad de nutrientes necesarios para que ese nuevo cuerpecito se adapte a la vida, los cuales le iría transfiriendo posteriormente al parto y nacimiento, claro, siempre y cuando así se permitiera continuar sin cortar bruscamente el cordón umbilical al momento de nacer (por esto y más, también hemos decidido realizar un Parto Lotus). Aprendimos que la principal hormona implicada en este proceso de parto y nacimiento es la oxitocina, la llamada hormona del amor, la misma que se encuentra implicada en nuestras relaciones sexuales, por eso se sabe también qué contextos favorecen la liberación de esta hormona y cuales no (intimidad, confianza, respeto, calidez, etc.). En fin, podríamos seguir escribiendo muchísimo más al respecto de todo el magnífico descubrimiento de la maravilla de gestar y parir, o por ejemplo también, sobre el rol tan importante de apoyar y sostener que tiene la figura de la persona acompañante en este proceso. Sobre nada de esto nos hablaron en el CAP…

Con todo esto deseamos compartir mínimamente nuestra experiencia y con ella reclamar el derecho a la información. Que cada mujer tenga la libertad de elegir cómo, dónde y con quién parir, que si termina siendo en un hospital bajo anestesia epidural, ¡perfecto! Que así sea entonces, pero siempre y cuando sea una decisión informada y empoderada, con un plan de parto con garantías de que será respetado, y no bajo paradigmas obsoletos de sobreintervencionismo, de violencia obstétrica dirigida por un modelo patriarcal donde las mujeres recibimos el trato de pasivas e ignorantes en este proceso. Reclamo profundamente el empoderamiento de nuestro cuerpo, de nuestro proceso de gestar y parir y el de nuestras criaturas a nacer. Reclamo el acceso a la información, la libertad de parir, a la opción de parir en casa con el acompañamiento garantizado de una persona profesional cubierta por la Seguridad Social. Reclamo volver a la humanización de este proceso, con amor y profundo respeto. Y luego de quedarme bien a gusto con mis reclamos,jeje, retomamos en objetivo de este proyecto.

Por lo mencionado y mucho más, es que hemos decidido disponer de un parto domiciliario, en la calidez e intimidad de nuestro propio hogar. Decimos disponer, porque sabemos conscientemente que nosotros disponemos pero el destino decide, y agradecemos profundamente poder contar con un hospital cerca que en un caso de emergencia pueda brindarnos la ayuda y la intervención necesaria, pero no será por nuestra disposición. Hemos elegido para que nos acompañen en todo este proceso a las profesionales de la casa de nacimiento Migjorn, un grupo de mujeres matronas hermosas y amorosas, profesionales y expertas, que con amor y paciencia nos informan y acompañan, no sólo en relación al parto, sino en todo el proceso de gestación, parto, nacimiento y postparto, allí están. Como hemos mencionado anteriormente, dado que la Seguridad Social no cubre esta opción (incluso siendo más económica de lo que le cuesta un parto hospitalario a la S.S.), es que necesitamos realizar esta campaña de colaboración y recaudación. Apelando a solidaridad para que logremos realizar nuestro sueño de recibir a Sati en la intimidad de nuestro hogar, con el mayor amor y respeto y con el menor intervencionismo que le podamos ofrecer. Por esto agradecemos profundamente y de todo corazón, a quienes puedan y deseen colaborar con nuestra causa, por más simbólico que sea, será una inmensa ayuda. A Andrés le han rescindido el contrato sin tener lo suficiente cotizado para acceder al paro y yo me encuentro sin trabajar. Pero lamentablemente somos la gran mayoría de familias las que quedamos y quedaremos en una situación de vulnerabilidad económica tras esta crisis pandémica, somos muy conscientes de ello. Y de hecho son muchas las mujeres que dada esta situación sanitaria ahora mismo estarían prefiriendo poder parir en la intimidad de sus casas, lamentablemente no es una opción para todas, deseamos que algún día sí lo sea…

Gracias y más gracias por tomarse el tiempo en leernos, por compartir nuestra experiencia con quienes crean que les pueda interesar y por sumar, quienes puedan, con un granito más para esta causa. ¡¡¡Muchas Gracias!!! Confiamos que entre todas lo lograremos!

 

(Para aquellas personas que se encuentren interesadas, contamos con referencias y documentación en relación a toda la información que aquí compartimos, del mismo modo, nos mantenemos a disposición ante cualquier consulta o interés en relación a nuestra experiencia, sería todo un placer compartir detalles!)